«Mi vida se va perdiendo metida en otras vidas»
Miguel Pérez Ferrero, un periodista de ABC que
acostumbraba a firmar sus artículos como Donald, logró entrevistar en 1966 para
Blanco y Negro al «más afortunado coleccionista de Oscars del cinematógrafo»
El director de cine Samuel Wilder, ‘Billy’,
nació a principios del siglo XX (1906) en un imperio en demolición, el Austro-Húngaro,
y murió a principios del siguiente en otro (2002), el de Hollywood, que contribuyó
decisivamente a edificar. Este escultor de historias aportó al cine
norteamericano nada menos que la sutileza, la mezcla de lo corrosivo con lo
sensiblero, de las paradojas con los giros sorprendentes, de los villanos que
resultaban ser íntegros con los héroes que al final eran unos farsantes…
Esta visión tan inteligente de la realidad le
valió veintiuna candidaturas a los Oscar y seis estatuillas al director de
films como ‘Sabrina’, ‘El crepúsculo de los dioses’, ‘El apartamento’ o ‘Con
faldas y a lo loco’. Hacia 1966, Wilder había ganado todos los Oscars de su
carrera y había filmado sus obras más destacadas, pero aún le quedaban muchos
conejos bajo la chistera.
Miguel Pérez Ferrero, un periodista de ABC que
acostumbraba a firmar sus artículos como Donald, logró entrevistar ese año para
Blanco y Negro en su brevísima parada por España al «más afortunado
coleccionista de Oscars del cinematógrafo», un hombre sencillo, de trato
amable. «Ahora estoy de vacaciones. ¡Lástima! Me hubiera gustado quedarme en
España, en Madrid, más tiempo. Esto ha sido una escala, breve, demasiado breve.
Pero me propongo volver. He visto museos, Toledo, toros y fútbol. Jugué en mis
tiempos. Voy a Suiza. Empieza la temporada de nieve. Montaña, aire puro,
descansar», aseguró el director.
Donald conversó en francés largo y tendido con
el austrohúngaro, nacido en una región que hoy pertenece a Polonia, aunque, a
decir verdad, aquello fue más bien un monólogo con «un hombre enjuto, de
estatura no menguada, poco pelo, sonrosado de tez, o quizá el rosa de la camisa
se le sube a las mejillas. Tiene en la mano un vaso con un poco de whisky».
–¿Cuál es tu película predilecta? Es una pregunta tópica, lo sabemos.
—Yo elegiría más bien cinco o seis minutos de
unas cuantas de esas películas. Cinco o seis minutos solamente de cada una de
las que repasase. Y, fíjense, tengo la sospecha de que precisamente esos pocos
minutos de ésta o aquélla, a pesar de haberse proyectado los películas en
España, no los han visto los espectadores españoles...
—Alguna, como ‘Irma la dulce’, la desconocen entera. No se ha proyectado aquí nunca.
—¿Inmoral acaso? No lo veo yo así. En esa historia, a fin de cuentas, se exalta el amor puro. Sucede que la pureza, como el oro, hay que buscarla y encontrarla no siempre bajo capas sin mácula.
—Veamos si recuerda cuál ha sido el momento, digamos, más emocionante de su carrera.
—Entiendo de mi carrera de realizador. Pues,
sí. Uno sobre todos. El día que empecé a dirigir a Eric von Stroheim en 'Cinco
tumbas a El Cairo', donde él encarnaba a Rommel. Luego le dirigí en 'Sunset
Boulevard'.
—Sentía una gran admiración por él, ¿verdad?
—Una inmensa admiración como creador de cine.
De Stroheim sí que puede decirse que se adelantó genialmente, por lo menos, más
de diez años a su tiempo.
—Y ya en ese cauce, ¿cuáles han sido sus otras grandes admiraciones?
—Griffitih, Fritz Lang, Murnau, Lubitseh, Rene
Clair y uno de ustedes, Luis Buñuel. Lo han hecho todo.
—¿Cómo todo? ¿No se puede hacer más? ¿No cabe ya innovar?
—Sí, sí, siempre se puede hacer... Pero todo eso que se afirma de que hay un cambio, todo eso de las nuevas olas y de lo nuevo que venga, a lo que pondrán otro rótulo, el que sea, me parece falso. Lo que cambia es el público. El grueso del público, más joven, conoce lo de hoy e ignora lo de ayer. Y no sabe que lo que juzga nuevo se hizo ya. Los grandes innovadores son los que he nombrado y algún que otro más, que quizá se ha escapado de momento de la pequeña lista. ¿No están ustedes de acuerdo conmigo?
—Nosotros, sí, por supuesto. Pero es que pertenecemos a aquella ola; nuestra edad es la misma que la suya. Y asistimos, y hasta participamos, un poco en todo aquello.
—Sí, ya lo sabía.
—Bien, ha terminado usted ‘The Fortune Cookie’ (‘En bandeja de plata’). Está presentada. Y ahora, de principio, un capítulo nuevo. El de los proyectos...
—¡Oh, de momento nada de proyectos! Estoy de
vacaciones y he de disfrutarlas con mi mujer. Cuando empiezo a pensar en una
nueva película, cuando empiezo a dar vueltas a lo que haré o no haré y me pongo
a escribir una historia mía o a adaptar la de cualquier otro, se terminó todo:
tomar copas cuando me apetece, perder el tiempo, disfrutar de países, de
paisajes, de museos, de espectáculos. Se abre la etapa del encierro o, mejor
dicho, se cierra la puerta del libre albedrío. ¡Menos de todo! Y entonces me da
la impresión de que mi vida se va perdiendo metida en otras vidas, en las de
los personajes que pueblan lo que tengo que contar. Y, en el fondo, eso me
produce tristeza, pues a mí me gusta vivir la vida mía, la propia. Esa es la
que me proporciona satisfacción. Por ello nada de pensar en proyectos, nada de
acariciar ninguno, ¡y ni siquiera nombrar la palabra, que me parece un fantasma
incómodo.
—En lo que respecta a su trabajo literario, a escribir sus historias, guiones y adaptaciones, siempre lo ha hecho en colaboración, ¿no es así?
—Es mi costumbre. Mi colaborador se sienta a
la máquina y yo paseo y fumo mecánicamente, no conscientemente como cuando no
ando metido en eso. Y la historia va saliendo. Cada cual tiene su sistema y
éste no me da mal resultado.
César Cervera
Actualizado: 05/08/2021 00:16h
Filmografía
- 1934 - Mauvaise graine
- 1942 - El mayor y la menor
- 1943 - Five Graves to Cairo
- 1944 - Double Indemnity
- 1945 - Días sin huella
- 1948 - A Foreign Affair
- 1948 - The Emperor Waltz
- 1950 - Sunset Boulevard
- 1951 - El gran carnaval
- 1953 - Stalag 17
- 1954 - Sabrina
- 1955 - The Seven Year Itch
- 1957 - Testigo de cargo
- 1957 - Love in the Afternoon
- 1957 - The Spirit of St. Louis
- 1959 - Some Like It Hot
- 1960 - The Apartment
- 1961 - Uno, dos, tres
- 1963 - Irma la dulce
- 1964 - Bésame, tonto
- 1966 - En bandeja de plata
- 1970 - La vida privada de Sherlock Holmes
- 1972 - ¿Qué ocurrió entre mi padre y tu madre?
- 1974 - Primera plana
- 1978 - Fedora
- 1981 - Buddy Buddy
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