Se cumple medio siglo del último álbum
oficial de los Beatles, una obra marcada por la tensión y el desencuentro
Se van sucediendo los aniversarios que
marcan el medio siglo de la obra de los Beatles; de hecho, de la obra, del
grupo y de su disolución. La prolífica obra del cuarteto británico y, sobre
todo, su dimensión así lo justifica con razón. Hace unas semanas, para empezar,
se celebraron los cincuenta años de la publicación de una de sus canciones más
emblemáticas, Let it be, que paradójicamente ha pasado a la historia del
género, del grupo y también de la cultura como una suerte de despedida.
Es ingente lo que se ha escrito,
filmado, representado, opinado y especulado sobre esa pieza en concreto y sobre
su condición de preámbulo sonoro de la bajada del telón de los Fab Four. Fue
concretamente el 6 de marzo de 1970 cuando la discográfica Capitol publicó el
single Let it be, tema que daría título al último álbum de la banda más
trascendental de la historia de la música del siglo XX.
Considerada posteriormente por
algunos/as una de las mejores canciones de la música popular, detrás de su
proceso de composición, interpretación y grabación se pueden encontrar los
últimos coletazos de una formación que a comienzos de los años setenta decía
adiós a una singladura que en solo diez años revolucionó y replanteó la cultura
popular en su conjunto. Y la otra vertiente de la aparición de la canción
escrita por Paul McCartney, aunque referenciada oficialmente a éste y a John
Lennon, es la simbólica, ya que preludia el ocaso de unos Beatles que ya
estaban mostrando motivaciones distintas y enfilando rumbos artísticos alejados
de la banda.
Como se decía antes, el sencillo
apareció el 6 de marzo y el álbum lo hizo el 8 de mayo de ese mismo año.
Cronológicamente fue el último de la discografía oficial del grupo británico,
aunque la mayor parte de su contenido ya había sido grabado antes que su
anterior álbum, Abbey Road, publicado en septiembre de 1969. En un resumen de
las valoraciones musicales que motivó en aquel entonces la aparición del álbum
Let it be, algunas lo consideraron una obra defectuosa en términos
beatlenianos, y sobre todo un álbum sonoramente sobreproducido por PhilSpector. Es decir, un disco en donde las características sonoras del luego
legendario productor –creador de lo que se acabó denominando muro de sonido–,
chirriaban cuando no chocaban con lo que eran las señas de identidad musicales
del cuarteto de Liverpool.
Pese a ello, en su interior había
composiciones luego devenidas auténticos clásicos, como el propio Let it be, la
extraordinaria The long and winding road, una versión abreviada de Get back,
alguna insólita y muy bella composición como Two of us, última prueba de cómo
McCartney y Lennon armonizaban conjuntamente armados de sus guitarras
acústicas. Sin olvidar dos canciones firmadas por los cuatro músicos –algo
prácticamente insólito– como Dig it y Maggie Mae, este último un tema
tradicional de Liverpool muy acertadamente actualizado.
Los Beatles, en efecto, habían vivido
un último año marcado por la tensión cuando no el desencuentro, tanto a nivel
de sonido, compositivo y también personal.
Tomando como cima de la música beatle
el Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (junio 1967), el cuarteto siguió
durante los dos siguientes años ofreciendo muestras de su indiscutible calidad
y ganas de ir más allá, sin obviar su alcance popular (prueba irrefutable de su
grandeza única).
En agosto de aquel año falleció su
mánager de toda la vida Brian Epstein y la banda se resintió.
El estreno de la película Magical Mistery
Tour en televisión recibió fuertes críticas aunque su contenido musical editado
en elepé volvió a tener una enorme acogida popular (no es de extrañar,
en su interior estaba el mejor single
que hicieron en toda su carrera: PennyLane / Strawberry fields forever).
El álbum incluye incunables como ‘Get
back’, ‘The long and winding road’ o el mítico tema que da nombre al disco
Paralelamente estaban trabajando en su
doble álbum titulado The Beatles aunque inmediatamente fue apodado como el
Álbum blanco por el tono de su carátula. Era una obra arriesgada que supuso un
antes y después en la forma de trabajar del grupo, porque puso punto final a la
unidad musical ya que cada tema fue asumido por uno de los cuatro miembros.
El siguiente paso, era casi
inevitable. Si desde 1966 habían decidido no hacer más conciertos en directo,
ya que veían imposible plasmar su música sobre un escenario, ahora decidieron
que había llegado el momento de grabar un nuevo elepé que registrara un último
concierto en vivo. Comenzaron las sesiones de grabación de dicho proyecto, que
en ese momento tenía el nombre provisional de Get back, como señal de que la
idea era regresar a las raíces roqueras de la banda.
Las sesiones también comenzaron a ser
filmadas en 1969 por el realizador Michael Lindsay-Hogg, y allí ya se pudo ver
–cuando la película se estrenó– la tensión en el seno de la banda y las
discusiones sin parar entre los cuatro. Unas grabaciones que recogían también
el célebre concierto que ofrecieron en la azotea de Apple Records.
Pero el proyecto no llegó a buen
puerto, y tras trabajar en él en enero de 1969 decidieron aparcarlo, y se
metieron de lleno en el que sería su último disco cronológicamente grabado, un
Abbey Road publicado en septiembre de 1969, con unas cuantas joyas en su
interior como el Come together o el harrisoniano Something. Y fue entonces
cuando decidieron recuperar el proyecto de Get back, y le dieron forma de tal
modo que su resultado final sufrió grandes alteraciones a nivel sonoro y de
producción.
Ello fue debido a que las piezas
originales –aparcadas y en las que había tenido mucho que ver Paul McCartney–
fueron reeditados por Phil Spector, a quien se había encargado la producción
bajo instancias de John Lennon, que les dio a las canciones un toque más bien
majestuoso, cuando no meloso, y no crudo como deseaba McCartney, y que
precipitó su cambio de título al de Let it be. El disco se puso a la venta el
día 8 de mayo de 1970 y a las salas de cine llegó el 13 la película de
Lindsay-Hogg.
La canción como tal había sido
compuesta por Paul McCartney en honor de su madre. Él mismo explicó en aquel
entonces que la inspiración le vino tras soñar con ella durante las
conflictivas sesiones de grabación del álbum que iba a llamarse Get back. El
beatle especificó que su madre había muerto cuando él tenía 14 años, y que la
letra de la canción hace referencia a ella.
Una mes después del single ‘Let it be’
y uno antes de la publicación del álbum del mismo título, McCartney anuncia la
disolución del grupo
En otra ocasión, McCartney llegó a
asegurar que ella le había dicho la frase “todo va a ir bien, déjalo estar”, es
decir, “let it be” (años después Lennon opinó sobre la canción: “Eso es Paul.
¿Qué se puede decir? Nada que ver con los Beatles. Podrían haber sido Wings. No
sé lo que está pensando cuando escribe Let it be”).
En cualquier caso, el exitoso single
salió, pues, en marzo de 1970 con el tema You know my name (look up the number)
en la cara B, y con la producción de George Martin. La canción contaba también
con orquestaciones y y acompañamientos vocales dirigidos por McCartney,
incluyendo la única contribución de Linda McCartney en un tema de los Beatles.
La versión de la canción incluida en el álbum ya no era la producida por Martin
sino por Phil Spector y parte de las instrumentaciones habían cambiado
sensiblemente.
Tras la publicación del single y antes
de la del álbum, en abril de 1970, McCartney procedió judicialmente ya que
quería separar su nombre de la sociedad Apple y de los otros tres Beatles.
Nunca más volvieron a grabar juntos los cuatro aunque sí entre ellos.
Pero eso ya es otra historia.
ESTEBAN LINÉS
La Vanguardia 03/05/2020 06:00
Let it be
Cuando me encuentro en momentos
difíciles,
la Virgen María se me aparece,
diciendo palabras sabias:
déjalo estar.
·
Versiones para todos los públicos
-1971 Joan Baez siempre ha tenido
presente en su repertorio del directo un tema que apareció en su álbum Blessed
are...
-1970 José Feliciano incluyó una
versión del tema en su álbum Fireworks publicado el mismo mes de mayo
-1970 Aretha Franklin La versión de la
diva del soul se publicó antes que la de los Beatles por los retrasos de ésta.
-1974 Billy Preston. Participó en la
versión original
-1977 Ray Charles versiona canciones de The Beatles
-1977 Ray Charles versiona canciones de The Beatles
-198 1 Joe Cocker. Una de las lecturas
más intensas nunca hechas
-1983 Atípico cover firmado por los 12
chelistas de la Filarmónica de Berlín
-1996 Tito Nieves. Adaptación tropical
del cantante portorriqueño
-2002 Nick Cave. Incluida en la BSO de
la película Yo soy Sam
Fuentes:
https://www.lavanguardia.com/cultura/20200502/48918419540/dejemoslo-ya-el-adios-de-los-beatles.html?utm_source=facebook&utm_medium=social&utm_content=cultura&fbclid=IwAR0dIyju0TzKD_m7PeWEkmV6uoc3yQR4jwI_FbLRecA5KSfpOiinN6uFCyk
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