No es verdad Blancanieves,
los bosques de esperar
lenguas azules que nos despierten
al dolor de los pezones.
No somos elegidas de los dioses
para la transparencia:
ellos también son cuentos.
Porque la poesía,
igual que los sepulcros de cristal o ser mujer,
no será nunca un don.
No nos hace más nubes, ni más madres
ni ha de encontrarnos siempre trabajando.
A menudo, nos halla menstruando,
acariciando gatos sucios.
Sacando la basura.
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MARTHA ASUNCIÓN ALONSO
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