El fenómeno de los bulos se debe a una cierta espiral de acción y reacción. Por una parte, hay una acción deliberada: una iniciativa de agitadores que, mediante la desinformación y la divulgación de teorías de la conspiración sin base factual, buscan ganar adeptos para ideologías populistas o movimientos negacionistas.
A veces también lo hacen simplemente por ganar dinero. En esta categoría también podemos encontrar algunos irresponsables que aprovechan este tipo de circunstancias para buscar notoriedad. Luego está la segunda parte: la reacción ciudadana que, guiada por el descontento y la falta de referentes claros, empieza a desarrollar comportamientos que tienen su origen en el contenido desinformativo.
Gracias a los algoritmos de las redes sociales, los desinformadores alcanzan una gran visibilidad que no habrían logrado si hubiese filtros profesionales periodísticos que determinaran qué es noticia y qué no lo es, cuál es una fuente acreditada y cuál no.
Así, personas que no tendrían ningún reconocimiento público, ni atributos ni especialidad que les hiciera merecedores de atención, encuentran un púlpito donde poder expresar sus opiniones o directamente sus infundios. A veces son los propios medios, especialmente algunas televisiones y ciertos medios digitales con estándares profesionales muy bajos, quienes contribuyen a darles protagonismo.
Hay bastantes denominadores comunes. Los
desinformadores se aprovechan de una situación de zozobra ciudadana para
extender sus teorías conspirativas y contrarias a la ciencia o los datos
objetivos. Tienden a sustituir la evidencia y los datos por las emociones.
Suplantan a los expertos por embaucadores o personas que buscan notoriedad
pública.
Esos patrones ya se advirtieron durante
la pandemia, con falsos médicos y enfermeros. Ahora, con la DANA lo hemos visto
también con expertos en meteorología, agricultores, bomberos, personal de
salvamento, etc., que están siendo suplantados por personas que se hacen pasar
por estos perfiles y están difundiendo falsedades.
Los bulos promueven comportamientos irresponsables que a veces llegan a ser violentos, como los ocurridos con la toma del Capitolio por parte de seguidores de Trump, tras perder este las elecciones, o lo ocurrido en el Palacio Presidencial en Brasil un año después o en la visita de los reyes, el presidente del Gobierno y el de la Generalitat Valenciana a Paiporta
Por último, mencionar
las organizaciones y personas que se venden al mejor postor. Hay varios
ejemplos recientes: ciertas cuentas en redes sociales de la India comenzaron a
difundir mensajes políticos sesgados y desinformados sobre la actualidad
política de España, en general, y de Valencia, en particular. Evidentemente,
las probabilidades de que haya algún usuario en la India interesado en la política
de Valencia son nulas. Entonces, ¿a qué se deben ese tipo de publicaciones?
Obviamente, ha habido alguna estrategia para publicar ese tipo de contenidos y
obtener réditos económicos.
La desinformación constituye una de las
mayores preocupaciones de los países democráticos. Las campañas de desinformación tienen clara repercusión en la política y deben
diferenciarse de otros factores como la información falsa —fake news—
o información errónea —misinformation—. De hecho, las campañas de desinformación no
contienen necesariamente noticias falsas, sino que pretenden distorsionar la
realidad mediante contenido manipulado y erosionar la estabilidad de los
Estados y de sus instituciones.
En los últimos años, el aumento de flujo de información derivado de la llegada de las nuevas tecnologías, las redes sociales y la inteligencia artificial ha disparado el fenómeno de la desinformación, especialmente la generada por actores extranjeros. La llamada FIMI (Foreign Information Manipulation & Interference, por sus siglas en inglés) constituye una de las mayores preocupaciones de los países democráticos, en tanto que constituye una amenaza directa al Estado de Derecho y a la defensa de los intereses del país más allá de sus fronteras.
Campañas de desinformación entendidas
como patrones de comportamiento desarrollados en el dominio informativo,
llevados a cabo de forma coordinada e intencional para manipular la realidad
informativa, cuya implantación y difusión suponen una amenaza para los
intereses del país, los valores constitucionales, los procesos democráticos,
las instituciones democráticamente constituidas y, por ende, la seguridad
nacional.
·
Dañina: busca socavar los intereses nacionales de un
país, su capacidad de influencia o sus instituciones.
·
Manipulativa: mezcla verdad y ficción para crear un discurso
que manipule emociones y cree confusión.
·
Coordinada: participan diversos actores estatales y no
estatales que coordinan y amplifican sus acciones.
· Intencionada:es estratégica. Responde a unos intereses concretos del país o actores promotores.
Es preciso conocer para detectar y poder
dar respuesta a las campañas de desinformación:
·
Conocer: partiendo del marco común de análisis DISARM y el método común ABCDE podemos
preparar protocolos y algoritmos que permitan una rápida respuesta.
·
Detectar: España participa en el RAS (Rapid Alert System) y también se coordina internamente para detectar
y reaccionar ante este fenómeno. Este sistema asegura la necesaria coordinación
entre los socios europeos
·
Responder y prevenir: actividades de comunicación estratégicamente
planificadas para explicar las políticas de tu organización y temas de
comunicación proactivos ayudan a construir una reputación sólida ante las
campañas de desinformación, pues ante estas no hay una respuesta única y la
decisión sobre la forma de responder es siempre difícil.
Complementariamente a las medidas
impulsadas en coordinación con la Unión Europea, España está llevando a cabo
múltiples acciones en materia de lucha contra la desinformación:
·
Ámbito institucional: ha establecido mecanismos de coordinación permanente
entre los diferentes órganos de la Administración, entre los que destaca la
Comisión Permanente de Lucha contra la Desinformación, establecida en marzo de
2019.
·
Ámbito normativo: se ha implementado la Orden PCM/1030/2020,
de 30 de octubre, por la que se publica el Procedimiento de actuación contra la
desinformación aprobado por el Consejo de Seguridad Nacional. Establece cuatro
niveles con sus consecuentes respuestas.
·
Ámbito estratégico: se ha aprobado el acuerdo del Consejo de Ministros para la elaboración
de la Estrategia Nacional que comienza
ahora mediante participación de todos los ministerios.
la desinformación es una amenaza para la
seguridad Las respuestas a las amenazas
de información incluyen opciones a corto, medio y largo plazo, incluyendo
medidas proactivas. Las respuestas se basan en cuatro funciones clave:
·
Comprender el entorno de información.
·
Prevenir la efectividad de las amenazas de información.
·
Contener y mitigar incidentes de información específicos.
· Recuperarse con mayor solidez aprendiendo de las lecciones aprendidas de las amenazas de información.
Las medidas recomendables para combatir
eficazmente la desinformación
debería ser una máxima transparencia informativa de las instituciones públicas. Es fundamental tener una estructura de comunicación que, para así ofrecer información completa, basada en datos, lo más actualizada y reciente posible.
Otra medida sería exigir a las plataformas digitales [Facebook, X, YouTube, etc.] transparencia en la gestión de los algoritmos y en la presentación de los contenidos ante los ojos de los usuarios. Estas plataformas presentan de manera sistemática información falsa y sesgada porque ese tipo de contenido tiene una altísima tasa de interacción, lo cual les proporciona beneficios económicos, les viene bien para el negocio.
También se debería implantar un mejor
etiquetado y más extenso de la información falsa o inexacta. Esta práctica ya
se está empezando a aplicar en algunas redes sociales, pero habría que ser más
exigente y obligar, bajo el marco legal que tenemos en Europa, a que se
etiqueten adecuadamente las falsedades para que los usuarios sepan qué
veracidad tienen.
Habría que establecer protocolos de verificación y rectificación en los medios periodísticos. Además, los profesionales tienen que hacer una reflexión de sus fortalezas, pero también de sus debilidades y de sus problemas en momentos como este. Existe una relajación en los protocolos de admisión de contenidos sin una adecuada verificación y, desde luego, sin una rectificación clara cuando se ha cometido un error. En el mejor de los casos, esos contenidos se eliminan, pero rara vez se rectifican con todas las de la ley. Extender esta práctica contribuiría a reforzar la credibilidad de los medios de información.
Es necesario formar a las personas en pensamiento
crítico para que al menos puedan permitirse dudar ante un enunciado, una fake
news o ser competente a la hora de discernir en una opinión. En un tiempo en el
que el presidente de una primera potencia duda del valor de la educación, niega
el cambio climático, incita al individualismo y vemos cómo esta corriente se
extiende a Europa, queremos reponer una serie de materiales que creemos que
pueden aportar nuestro grano de arena a preservar derechos, la Agenda 2030
promovida por Naciones Unidas, la democracia como sistema político, el buen
trato y el bien común.
Una iniciativa es formar a los ciudadanos desde la
escuela “La competencia ciudadana” contribuye a que alumnos y alumnas puedan
ejercer una ciudadanía responsable y participar plenamente en la vida social y
cívica, basándose en la comprensión de los conceptos y las estructuras
sociales, económicas, jurídicas y políticas, así como en el conocimiento de los
acontecimientos mundiales y el compromiso activo con la sostenibilidad y el
logro de una ciudadanía mundial. Incluye la alfabetización cívica, la adopción
consciente de los valores propios de una cultura democrática fundada en el
respeto a los derechos humanos, la reflexión crítica acerca de los grandes
problemas éticos de nuestro tiempo y el desarrollo de un estilo de vida
sostenible acorde con los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados en la
Agenda 2030.»
Existen varias herramientas a disposición de la ciudadanía para luchar contra los bulos:
Maldita.es podemos usar el buscador para encontrar
bulos sobre el tema que nos interesa, consultar la hemeroteca y el
Fast-Checking, o enviar a su servicio de Whatsapp una consulta para saber si
una noticia de actualidad es un bulo.
Newtral es también una fuente para contrastar noticias
y cazar bulos. En su zona de verificación encontraremos Fast Checks y Fake news
. También existe la opción de hacer consultas y buscar bulos y fakes por temas
Ramón Salaverría (Burgos, 1970) es catedrático de
Periodismo en la Universidad de Navarra y su investigación se centra,
precisamente, en la desinformación. Salaverría es además coordinador del
Observatorio Ibérico de Medios Digitales, impulsado por la Comisión Europea
para luchar contra las fake news. analiza los patrones detrás de esta
problemática y su impacto en la confianza ciudadana en las instituciones y
medios de comunicación.
Fuentes:
https://www.exteriores.gob.es/es/PoliticaExterior/Paginas/LaLuchaContraLaDesinformacion.aspx
https://teachersforfuturespain.org/no-cuela/
https://www.bbc.com/mundo/noticias-43725918
https://www.incibe.es/node/504094
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