‘Historias de Casa Boada’

 

Casa Boada abrió sus puertas  en 1947. El encargado actualmente de sacar adelante el negocio y hacer los bocadillos más famosos de este bar tarraconense es Eduard Boada, quien siguió el oficio que también hizo su padre, en la calle Rovira i Virgili, 23. de Tarragona

Comenzó como bar de soldados, trabajadores y estudiantes, sirviendo bocadillos de guisos, y se ha adaptado a la garganta moderna fabricando «bocatas tuneados«, como dice el artista. No hay ningún establecimiento de su categoría que sea tan antiguo en Tarragona, y lo más destacable, no hay ningún otro bar en toda la ciudad (ojo, que hay más de mil) que haga felices a viejos, currantes y estudiantes a partes iguales. Esta mezcla parroquial ha contribuido a una ambientación muy peculiar.

Eduard Boada, el Señor Boada, ha dedicado toda su vida a hacer los bocadillos más emblemáticos de la ciudad. Uno de los bocadillos más antiguos del local,  lleva sobrasada, queso, tomate, orenguano, y aceitunas negras. «Es como una pizza», afirma el propietario. También elabora un bocadillo campestre de longaniza de montaña y setas o bien uno de los bocadillos más famosos del local: el bocadillo de tortilla de patatas chip o  El bocadillo de salchichón, setas, huevos fritos, jamón serrano, cebolla cocida, salsa romesco y hierbecitas, es posiblemente el máximo exponente de este pantagruélico ritual.

Boada explica el secreto de sus bocadillos: «tienes que poner el alma y yo también pienso que se tiene que poner la música, porque si todos escuchásemos música habría un mundo mejor».

La vida ha evolucionado en las costumbres y la tecnología, y en los bocadillos. El bocadillo que duró más tiempo en cartelera y que han comido casi todos los alcaldes de Tarragona fue el de sobrasada. Era una sobrasada artesanal muy buena que hacían en Tarragona. Servía sobrasada caliente, con miel, con queso, tortilla de sobrasada... Era un bocadillo fácil y barato. Después, los bocadillos de mayor éxito fueron los de morcilla con níscalos, blanco y negro, y de baldana. Los soldados me daban ideas.

Uno de sus bocatas más extraños  que hacia era de turrón. Lo hacíamos en Navidad. Las tiendas de turrón me vendían muy baratos los turrones que les sobraban. A los soldados les encantaba como segundo bocadillo. El primero de sepia y el segundo de turrón. Había bocadillos de cosas impensables, como de leche condensada o de membrillo.

Antes de que se pusiera tan de moda, ya defendía la slow food, un bocata tranquilo. «Si quieres hacer bien las cosas tienes que dedicar el tiempo justo. Lo que no va bien es forzar la máquina. Preparar un bocadillo bien hecho lleva un tiempo. Y comerlo, también. Comer siempre de prisa es una enfermedad de nuestro mundo«, reflexiona el señor Boada.

 Cuando se le acabe el pan que ha comprado por la mañana, más temprano que tarde, cierra el negocio y sube a casa a comer. La hora de apertura del bar es a las 8 de la mañana, pero la hora de cerrar es incierta: cuando se acaba el pan. Eduard Boada, un artesano de los bocadillos y, por encima de todo, un personaje irrepetible.

“Mi juventud fue triste. No estudié. Primero porque no servía y, segundo, porque en casa no podían permitírselo. Tuve que ayudar en el bar desde muy pequeño. Con ocho o nueve años ya hacía el trabajo de un adulto”. Personaje inquieto, siempre ha tenido aficiones artísticas y periodísticas y ha tenido la suerte  de conocer mucha gente desde detras de la barra de su bar. Daniel de la FuenteTorrón, un periodista del Diari. Vivía muy cerca y iba a su casa muchas veces. En unas vacaciones, le animó a hacer de corresponsal de la agencia Piresa. “Aprendí de los clientes y de la vida”. Siempre dice que “he estudiado la carrera en la calle Rovira i Virgili (junto a  la Universidad de Tarragona Rovira i Virgili), donde está mi bar, que es mi universidad. La calle es también una universidad”.

Eduard Boada es un melómano amante de la música clásica, en su pequeño local, bajo un hilo de música clásica, marca de la casa, todo el mundo mastica con mucho orden y respeto y la conversación, que para quien la quiera, versa sobre lo humano y lo divino. El Señor Boada modera, interviene cuando le apetece, y cuando no, se centra en sus creaciones, o lleva una caja de galletas danesas a un grupo de hambrientos estudiantes. Los jóvenes le interesan. «Son muy educados. Se nota que están contentos. Me tratan todos de usted, posiblemente mejor que a sus profesores. Es bonito trabajar con jóvenes. No les hace daño nunca nada y siempre tienen hambre. Lo que yo les preparo aquí no lo harían nunca sus madres«, cuenta el señor Boada, siempre, pero siempre, con la ironía en los labios.

Talento provocador, al Boada joven le echó la farándula. Performances y humoradas, como la preparación de cócteles en hormigoneras, bañeras y otros grandes recipientes, sacudieron la Tarragona tardofranquista . Durante años, su nombre fue asociado a grandes movidas que dan identidad a la ciudad, como la recuperación del Carnaval.

Se autodefine como ‘tascaman’.Como tenía un local sencillo y humilde, se le ocurrió ponerse «el hombre de la tasca». Pero también con un doble sentido: tasca es trabajo en catalán. En Catalunya tenemos fama de tacaños, pero, también, de trabajadores. De ahí lo de ‘tasca’.

Con el tiempo y su personalidad se convierte en  una especie de psicólogo o un sacerdote, con su secreto profesional o de confesión. Lo que le contaban en el bar no salía del bar.

El suyo es un paso pausado, nada fatigoso, el de una persona sabia que ha hecho muchas cosas en la vida y se las ha tomado todas con buen humor. Ha vivido muchas experiencias. Como el mismo comenta “He vivido una época maravillosa: desde ir con carros y que nadie tuviera teléfono a todo el progreso actual. Es algo impensable”.

Desde febrero de 2020 publica publica cada semana sus Històries de Casa Boada, cronicas de su experiència adquirida en la vida pasada en su altar gastronómico a petición  de Octavi Saumell, el jefe de la sección de Diari de Tarragona. Son mas de cien crónicas interesantes. recopiladas en  dos álbums llenos. Se ha editado un libro, que, recopila 80 de esos escritos “Para mí es una ilusión ver mis historias impreses”.

El Señor Boada es una persona muy popular y apreciada en Tarragona, cuando lo ingresaron por Covid en la UCI. muchas persones le colgaron mensajes de ánimo en la puerta del bar.

Finalmente, en 2019 tuvo que cerrar el bar por motivos de salud. “Fue muy triste. Lloré”. Amaba el bar. “Era el punto de encuentro de mis amigos. Tenía la esperanza de poder volver a abrir. Tenía problemas de columna y pensaba que me operarían, pero ningún médico quiere operarme por el riesgo de la intervención y por mi edad. Ahora tengo la sensación de que es el final, de que estás terminando el libro”.

Casa Boada recibió en 2010 el Diploma al Mèrit Cultural de l'Ajuntament de Tarragona. Eduard Boada es una de las personas más queridas de Tarragona. Hasta el punto de que su nombramiento como pregonero deSanta Tecla 2019 logró la unanimidad de todos los grupos municipales, desde la CUP al PP. Además es historia viva de la ciudad, a la que ama y a la que ha alimentado a mas de tres generaciones  durante años con sus espectaculares bocadillos en su pequeño bar



Fuentes:

https://www.diarimes.com/es/noticias/tarragona/2018/02/28/los_miticos_bocadillos_casa_boada_protagonista_programa_tve_34523_1091.html

https://www.diaridetarragona.com/tarragona/eduard-boada-cuando-tuve-la-covid-llegaron-a-darme-la-extremauncion-20220421-0074-CJdt202204210074

https://www.diaridetarragona.com/autor/-/meta/eduard-boada

https://www.tarragonaexperience.com/es/2013/10/28/eduard-boada-propietario-del-bar-boada-comer-de-prisa-es-una-enfermedad/

https://www.tarragona.cat/cultura/festes-i-cultura-popular/santa-tecla/noticies/noticies-2019/eduard-boada-sera-el-pregoner-de-les-festes-de-santa-tecla

https://www.ccma.cat/324/eduard-boada-el-rei-dels-bocates-fa-el-prego-de-la-festa-major-de-tarragona/noticia/2949404/

https://www.ccma.cat/324/el-mitic-bar-can-boada-de-tarragona-ha-dit-adeu/noticia/2895215/

https://www.diaridetarragona.com/tarragona/el-dali-de-los-bocatas-20171120-0067-AMdt201711200067





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