Can Culleretes Dos siglos de historia

 


Cerca de la Rambla, entre las calles Ferran y Boquería, se encuentra la de Quintana. Justo en medio, está, desde 1786, el restaurante que perdura en el tiempo gracias a una fórmula bien simple: una cocina tradicional que funciona, un buen trato con la gente y una buena relación calidad-precio.

Can Culleretes cumple 237años, con lo que es, según el Libro Guinness de los Récords, el restaurante más antiguo de Cataluña y el segundo de España, después de Casa Botín en Madrid.


"'Noies, culleretes"!", es la imperativa frase que dio nombre al establecimiento, la de un camarero muy atento que no quería dejar a ningún cliente desatendido Cuenta el periodista LluisPermanyer: “(…) Aquellas mesas eran alargadas y podían caber más o menos unos diez clientes. El camarero cada vez estaba más atareado, y cuando iba a cargar la bandeja y encontraba vacío el bote de alpaca plateada destinado a contener las cucharillas limpias, gritaba a las que fregaban: “Noies, culleretes!” (Chicas, ¡cucharillas!). Y esto se repetía y repetía. La cancioncilla acabó haciendo gracia, y acabó dando pie a la expresión popular: “Vamos a Can Culleretes”.

Según explica una de las actuales copropietarias, Montse Agut, nació tras el éxito en los fogones de una portera de un convento cercano. En un principio repartía la comida por una ventanilla, pero posteriormente la demanda fue aumentando y tuvo que colocar las dos primeras mesas de la historia de Can Culleretes.

Lo fundó Joaquim Pujol en 1786 y la familia Regàs lo compró hacia el 1890. Desde entonces, se han servido platos como la escudella, la botifarra con alubias secas o la carne de caza. Los “sopars deduro” de principios del siglo XX le dieron renombre. Vivió momentos difíciles después de la Guerra Civil y los Regàs se lo traspasaron al gremio de hosteleros y cocineros. En 1958, lo compraron Sisco Agut y Sussi Manubens e iniciaron la historia más reciente de Can Culleretes —repleta toda ella de anécdotas y recuerdos—, con una trayectoria familiar que ya va por su tercera generación.

Las paredes de Can Culleretes dan fe de la historia del restaurante. No solo por la cantidad de noticias que cuelgan de ellas, sino también por las muchas imágenes de personajes famosos. Uno de ellos fue el torero Mario Cabré, muy asiduo de Can Culleretes y conocido por su aventura con la actriz Ava Gardner.

por el local han pasado personajes como el maestro Toldrà, el compositor Mompou, los pintores Puigdengolas, Muntaner, Abelló, Balanyà, Créixams o Planas Gallés

"También teníamos fotos de Urdangarin y de Marta Ferrusola -comenta Agut-. Pero decidimos retirarlas". "Nuestra clientela es variada. Vienen turistas, pero también mucha gente de la ópera [el Liceu está a 200 metros]", añade. Para la familia Agut, este restaurante es una prolongación de su hogar. "Vivimos justo al lado. Cada día comemos aquí, a las 12.30 h", aseguran.

La cantante Núria Feliu era clienta de Can Culleretes desde los 60. "Mi relación con el restaurante comenzó porque en un altillo nos reuníamos personalidades del teatro de manera semiclandestina para organizar el Premi Joan Santamaria -cuenta Feliu-. Y recuerdo que asistía Jordi Pujol (antes de presidir la Generalitat)".

Merece la pena sentarse en una mesa cualquiera. Todos son rinconcitos con historia (sí, también modernista) por donde han pasado generaciones de barceloneses y turistas en comedores que no están diseñados de ahora, sino que beben de un pasado común de fonda bien atendida.

Son tercera generación de un negocio que conoce casi todo el mundo. Todo el mundo a quien guste la cocina catalana tradicional cuidadosa y bien hecha: el bacalao a la llauna, los canelones "de siempre", la escudella, los pimientos rellenos, el fricandó con alcachofas, . el jarrete y de postres, su crema catalana o su surtido de flanes (café, coco y tradicional), acompañado de una copita de mistela.. Una fórmula, a precios competitivos,

La familia Agut-Manubens, con madre e hija formando un tándem insuperable, hicieron gracias a su amabilidad que el restaurante sea un clásico entre los extranjeros, pero también entre los locales. Durante el confinamiento más duro, pidieron un crédito ICO de 80.000 euros, que se gastó pronto y negociaron con el banco para hacer otro por el mismo importe. Ahora, tienen unas deudas de unos 250.000 euros que van recuperando. La dura situación pandémica llevó a establecimientos como este, próximo a dos arterias turísticas como son La Rambla y la Plaça Reial -entre las calles Ferran y Boqueria- a unos números sobre la mesa imposibles de superar. Mantienen una plantilla de 27 personas, que son 27 familias, algunas de estas, con años y años de servicio en la casa. "Con la primera reapertura parcial hasta las 17.00 horas, mejoraron los números. Ahora, han mejorado mucho; podemos pagar las facturas atrasadas y a los trabajadores. Pero está siendo duro", confiesa el gerente.

Las personas de fuera de Barcelona ya conocen Can Culleretes "por su antigüedad y el tipo de cocina catalana", una tarjeta de presentación que les ha hecho capear la mala situación gracias a que, en su caso, "lo más satisfactorio de tener ahora mismo un restaurante centenario es que la gente nos conoce y ahorramos en publicidad". Aún así, Martínez reivindica que "no protegen suficiente a negocios como el mío. Considero que es un bien cultural y tendríamos que recibir algún tipo de subvención. El edificio es muy antiguo y cuesta mucho mantenerlo".

Para Josep Sucarrats, director de la revista Cuina y autor de Cuina Històries de la Barcelona Gormanda (Angle), "las modas en Barcelona se ha ido llevando lugares históricos". Uno de los pocos que han sobrevivido es Can Culleretes. "Y este es su mérito -apostilla-. Es una manera de mantener la memoria de la ciudad". Para Sucarrats, hoy en día, la cocina "más exótica" de Barcelona es, paradójicamente, la catalana. "Y Can Culleretes responde, en buena medida, a la gastronomia nostra

Últimamente, Can Culleretes ha recibido dos premios, el premio Josep Mercader 2022 del Gastronómico Foro Barcelona al restaurante centenario y una mención honorífica del Ayuntamiento junto con Casa Isidre, todo un clásico del cual hablaremos otro día. Ojalá algún nieto se anime a tomar el relevo y podamos disfrutarlo cien años más, o dos cientos.


Fuentes:

https://culleretes.com/

http://www.gastronostrum.com/can-culleretes-barcelona-cumple-230-anos/

http://www.diariodeungloton.com/can-culleretes-restaurante-mas-antiguo-de-cataluna/

https://www.viaempresa.cat/es/afterwork/can-culleretes-restaurante-barcelona_2152135_102.html

https://www.elperiodico.com/es/ciutat-vella/20171031/can-culleretes-fogones-historia-ciutat-vella-6397005

https://www.elnacional.cat/es/gourmeteria/opinion-criticas/can-culleretes-la-leyenda-de-un-restaurante-inmortal-o-no_950766_102.html


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