Si salgo de la noche del deseo, nada encuentro,
salvo el paso del desierto cotidiano,
la tierra estéril, la palabra sin voz.
salvo el paso del desierto cotidiano,
la tierra estéril, la palabra sin voz.
Si llamo a la puerta de la noche
y no contesta nadie, ni el deseo
ni la ignorancia eterna de la muerte
ni los besos que di y me devolvieron
junto al vino y los panes prohibidos,
nunca sabré quien soy,
nunca sabré el silencio.
y no contesta nadie, ni el deseo
ni la ignorancia eterna de la muerte
ni los besos que di y me devolvieron
junto al vino y los panes prohibidos,
nunca sabré quien soy,
nunca sabré el silencio.
Vivir en el silencio de las palabras,
tratar de construir,
organizar el caos de la aurora
y describir la lentitud del tedio.
tratar de construir,
organizar el caos de la aurora
y describir la lentitud del tedio.
Silencio de enredaderas
o de manos que imaginar un día,
cuando la bruma invite a los deseos
y la música vuelva.
o de manos que imaginar un día,
cuando la bruma invite a los deseos
y la música vuelva.
María Cinta Montagut
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