CUCHARA - Ricardo Zelarayán





Cosa de no salir
y andar de rincón en rincón.
No hay huellas en la oscuridad.
Andar con el lomo curvo,
cuchara al revés,
cuchara seca,
hace años,
saltando como langosta.

Arden, arden todas las migajas
mientras el pájaro carpintero
dale y dale con la pata de la silla.
Saltar de rama en rama
y de rincón en rincón.

La escalera mandibularia
al fin partida en dos.

Ladrillos de agua y aire
cercan el último rincón.
Crac, crac
tapia que salta,
suprema dentadura.
Adiós al sapo,
a la reja viuda
a todas las ventanas arrinconadas
por el vacío,
el gran rincón amable.

Los huesos se buscan a la disparada
antes de que se armen
de vuelta los opacos ladrillos,
las paredes salgan a cazar ventanas
y vuelvan los rincones
a guardar la distancia convenida.

 Ricardo Zelarayán


Fuentes

TAL VEZ NO IMPORTE TANTO


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