La humana se cree pájaro I - Cristina Merino

 


Las palabras sangran
Como una pintura mala
Corrida en las paredes.
Los dioses ya no eyaculan
Más amor
Al primogénito,
Escondidos en los espejismos
De los ojos.
Y sigo viendo
Cómo sangran las palabras,
Cómo me reflejo
En los destellos de las piedras.
No entiendo
Que quienes eyaculan
Son mis ojos,
Que los dioses
Sólo existen en mi cabeza,
Que quienes se desesperan
Responden a mis manos.
No puede mi cuerpo
Ni desdeñar
Lo que no necesitaría
Porque tampoco
Tiene
La oportunidad de “tenerlo”.
Aparentemente ,
No puedo ni tengo
Nada
Que compartir contigo.
Quitarle importancia
A lo que no lo tiene
Porque cada día
Abres los ojos y te encuentras
Conmigo.
No entiendo que quien sangra
Es mi voz
Cuando tiembla,
Cuando se quiebra y no responde
Con fuerza a tus palabras.
Me corro entera en sangre
Que cae del cielo
Y fecunda los mares.
No hay más Venus en las orillas
De las playas
En las que yo podría desembarcar.
No nací,
Quizá,
De esa espuma bella de revoluciones contra la arena.
Soy la deriva
Del abismo que se mira y entiende
Al filósofo que hablaba
De un superhombre,
De una
Supermujer.
El salitre raspa mis llagas,
Ensancha la sed
De lo que no poseo.
Porque no hay derecho a tener nada.
Yo tampoco soy propiedad
De nadie.
Ojalá libres las palabras
Volaran
Cerca,
No desangraran.
Y los dioses dejaran mi cabeza,
Se ahogaran
Las esperanzas, las preguntas,
Las tormentas.

Cristina Merino



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