Cubano,
negro, santero, homosexual, pro-revolucionario y, sobre todo músico.
Ignacio
Villa, Bola de Nieve, forma parte de los mitos latinoamericanos del Siglo XX.
Pero triunfó también en Europa, en Asia y en los Estados Unidos. Con un simple piano y su media voz de
manguero ponía el vello de punta a Edith Piaf, Andrés Segovia, Pablo Neruda,
Paul Robeson, Josephine Baker, Alejo Carpentier o Nicolás Guillén
El valor de
la música de Bola de Nieve se ve hoy amenazado más que por el olvido por el
desconocimiento. Bola de Nieve fue un músico extraordinario que hizo dar un paso
de gigante a la tradición de la que partió, pero también un personaje complejo,
público y secreto, conciencia y corazón.
Fue uno de
los músico más geniales de la Isla de Cuba. Pianista, cantante y compositor.
Formó parte de los mitos latinoamericanos del Siglo XX. De un estilo muy
personal, lograba comunicar su mensaje de forma ingeniosa a la manera de los
viejos cuenteros. Al cantar, a veces contaba antiguas historias, donde
aparecían distintos personajes que incorporaba magistralmente, para lo cual se
preparaba como un actor. La improvisación para él no existía. Estudiaba y
maduraba diariamente.
Nació en la
villa de Guanabacoa, el 11 de septiembre de 1911. Sus padres fueron Inés
Fernández, ama de casa, y Domingo Villa, cocinero de una fonda. Ignacio tuvo
doce hermanos y aunque las condiciones económicas en que vivían no fueron las
más favorables, sí participaban en el ambiente festivo criollo de la villa, lo
cual marcó la personalidad creadora, la bohemia y la alegría del artista.
Inició su
carrera como pianista de filmes silentes en el cine Carral de Guanabacoa;
posteriormente fue pianista de la Orquesta de Gilberto Valdés que se presentaba
en el cabaret La Verbena. Trabajó con la soprano Zoila Gálvez, y acompañó por
vez primera a Rita Montaner en el Roof del Hotel Sevilla, donde esta cantó El
manisero de Moisés Simons y Canto siboney de Ernesto Lecuona.
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De México
viajó a Estados Unidos en compañía de Rita Montaner, Pedro Vargas, las hermanas
Campos, Enriqueta Faubert y Juan Martínez Casado.
En 1935
regresó a Cuba, y fue contratado para trabajar en la Compañía de Ernesto
Lecuona, con la que se presentó el 18 de enero en los teatros Campoamor y en el
Principal de la Comedia; allí Bola y Lecuona ejecutaron a dos pianos El cabildo
de María la O y Arrullo de palmas, ambas de Lecuona.
En 1947 Bola
de Nieve fue contratado por la Compañía de Conchita Piquer, con la que
participó en una revista de variedades en los teatros Lara, de la Zarzuela y Poliorama,
y en las ciudades de Zaragoza, Sevilla, Córdoba y Jerez de la Frontera.
En noviembre
de 1948 intervino en el concierto de música cubana ofrecido en el Carnegie Hall
(de Nueva York), y la crítica lo comparó con el francés Maurice Chevalier y el
estadounidense Nat King Cole.
Bola de
Nieve era muy apreciado fuera de su país, sobre todo en México. Pero en Cuba
los comentarios eran distintos. Una selección anual de los artistas más
destacados incluye a Bola en la categoría de ¨Excéntrico Musical¨.
A partir de
1961, Bola de Nieve realizó giras por Checoslovaquia, Unión Soviética y
República Popular China.
De regreso a
Cuba brindó un recital para los delegados al Encuentro Rubén Darío, que
organizó la Casa de las Américas. Ese mismo año formó parte de la delegación
cubana a la Expo’67, en la ciudad de Montreal (Canadá).
Su última
actuación fue el 20 de agosto de 1971 en el teatro Amadeo Roldán, durante un
homenaje a Rita Montaner. Apareció en la televisión por última vez en el
programa musical Álbum de Cuba, un día después de haber cumplido 60 años.
Chabuca Granda junto a amigos y admiradores le preparaban un homenaje en Perú
y, antes de partir, concedió una entrevista en Radio Habana Cuba que sería la
última.
Falleció en
la Ciudad de México, el 2 de octubre de 1971.
Aunque se ha
comparado a Bola de Nieve con artistas como Maurice Chevalier y Nat King Cole,
su verdadera y mayor influencia fue de la pianista cubana María Cervantes; de
ella tomó los elementos rítmicos y la forma de acompañarse al piano.
Cantaba en
inglés, francés, italiano, portugués, además de ser un intérprete singular,
compuso piezas antológicas, como Si me pudieras querer o Arroyito de mi casa;
sin embargo, no se consideraba un compositor, ni tampoco un cantante, Bola de
Nieve, un ser atormentado que repetía "yo soy un hombre triste que canta
alegre",
Los orígenes
de su apodo se dividen en dos opiniones. Para muchos, lo ideó Rita Montaner en
una noche de espectáculo en el habanero Hotel Sevilla en 1930 o 1931, cuando la
acompañaba al piano en «El manisero» y «Siboney». Para otros, como el
periodista Fernando Campoamor, fue idea de un médico del barrio, Carlos
Guerrero.
Las
historias populares cuentan que a Ignacio le molestaba el apodo, ya en la época
en que aún no era famoso, cuando en su barrio esperaba ante el Teatro Carral
para sustituir al pianista de la función cuando éste faltaba, o bien para
acompañar los filmes mudos que por entonces allí se proyectaban. Los muchachos
del barrio, en burla, lo llamaban por los motes de «Bola de Fango» y «Bola de
Trapo». No obstante fue realmente Rita Montaner quien hizo popular el apodo,
que se vio por primera vez escrito en público en México, cuando la cantante
hizo que pusieran en el cartel de presentación: «Rita Montaner y Bola de
Nieve».
Filmografía
Actor
Discografía
1933: No
dejes que te olvide (México).
1940: Tú me
has de querer (RCA Victor).
1941:
Señorita Chi Chi y Pampa (RCA Victor, de Argentina).
1947: Chivo
que rompe tambó, Drume, negrita, El dulcero, Mesié Julián (Coda, de Cuba).
1955: No
puedo ser feliz, Qué dirías de mí, Ya no me quieres, Se equivocó la paloma, No
me platiques, Si me pudieras querer, Drume, negrita, Mesié Julián, (LP, RCA
Víctor; México).
1956:
Yambambó, Ay, amor y otros diez temas (RCA Victor, de México).
1957: Bola
de Nieve con su piano (Montilla, de España).
1960: Este
sí es Bola (Sonotone, de Cuba).
A partir de
1964, la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM), de Cuba, concibe
álbumes de Bola de Nieve. En muchos casos, se trata de reproducciones de
registros ya editados y compilaciones post mórtem. Sobresale el disco Bola
canta a Bola, con obras del propio Ignacio Villa
Fuentes:
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