Somos lo que miramos. A cada mirada damos nombre a las
cosas y, penetrando por los ojos, estas nos esculpen desde dentro. El producto
de tal contemplación recíproca precipita en una estratigrafía perpetua de
registros gráficos. Un vasto yacimiento visual que invita al observador a
solapar la mirada con la de sus predecesores en una actividad meticulosa y
obstinada llamada Fotografía.
Refotografiar consiste básicamente a revisitar una imagen
histórica y hacer una nueva fotografía, desde el mismo punto de vista. Se basa
en una técnica científica, la fotografía de repetición (Repeat Photography),
utilizada, desde finales del s. XIX, para documentar cambios geológicos y
ecológicos a largo plazo. Es una acción, aparentemente, simple, que implica una
metodología precisa y invoca el hecho fotográfico esencial de activar el
obturador de un aparato fotográfico en un lugar y momento concretos. Desata
conceptos poderosos, que, desde la imagen, impregnan el objeto y cuestionan al
observador. Esta fuerza es la que ha hecho un género, del que en un principio
era una técnica fotográfica. Lo ha convertido en una herramienta elocuente. Con
ella se pueden crear imágenes complejas, hechos en diferentes momentos, y
proyectarlas hacia el futuro, propulsadas por la energía gravitacional de los
sueños de los ancestros. Este artículo revisa algunos aspectos de los que el
acto refotogràfico convoca. También me permite reflexionar sobre las
motivaciones del propio trabajo de fotógrafo, que me hace ir en fructífera
peregrinación, entre los archivos, donde se custodian las fotografías y el
espacio donde estas, alguna vez sucedieron.
Viejos glaciares y desiertos
Viejos glaciares y desiertos
El matemático alemán Sebastian Finsterwalder estableció
los primeros parámetros de la fotografía de repetición, cuando en 1888 inició
el estudio sobre los glaciares en los Alpes Bávaros. La metodología se basaba
en la fotogrametría, la técnica para medir las dimensiones y el emplazamiento
de los objetos con la ayuda de la fotografía. La investigación implicaba, por
lo tanto, el establecimiento de una serie de estaciones fotográficas desde las
que, periódicamente, registrar los glaciares, para estudiar la fluidez y
fluctuación de aquellos colosales y frágiles ríos de hielo.
La Fotografía de Repetición se constituyó pronto en un
importante prodecimento para elaborar unas imágenes rigurosas y complejas,
capaces de sostener estudios científicos sobre cambios geológicos y ecológicos
del paisaje. En los Estados Unidos investigaciones sobre el árido paisaje del
Sudoeste del territorio, a menudo combinaban fotografías contemporáneas, con
registros gráficos y fotográficos anteriores, realizados por los artístas y
fotógrafos enrolados a las expediciónes científicas organizadas por el Gobierno
Federal, durante la década de los años 1870. Ya en 40 del siglo XX esta técnica
era un procedimiento común para este tipo de estudios, tanto al Nuevo, como al
Viejo Continente.
Un caudal inmenso
Dos autores destacados, Mark Klett y Camilo José Vergara,
son quienes retoman a finales de los años 1970 esta técnica metódica y lo
aproximan a los propios discursos fotográficos, como un procedimiento que
aporta nuevo contenido.
El primero de ellos, Mark Klett, se formó como geólogo.
Este dato justifica la capacidad que tienen sus trabajos para transmitir de una
manera tan poderosa el transcurso del tiempo. Pero también proporciona alguna
pista sobre el itinerario seguido por la Fotografía de Repetición para
acontecer una herramienta de creación. La obra de Klett surge del movimientoNew Topographics, preocupado para representar el impacto humano sobre el
territorio. Klett centra particularmente su interés en la interacción del
tiempo y el sujeto en el paisaje. Al 1984 publicó Second View. Era el fruto de
un vasto proyecto iniciado en 1977, The Rephotographic Survey Project, que
consistía a volver a fotografiar aquellos escenarios del Oeste Norteamericano,
que ya habían registrado, al siglo XIX, las ya mencionadas expediciones
político-científicas comisionadas por el Gobierno Federal de los Estados
Unidos. A finales de los años 1990 retomó este trabajo. Así publicó Third
Views, Second Sights, donde se recogen las imágenes tomadas en el siglo XIX,
las de los años 1970 y las de finales del siglo XX. El extenso trabajo de Klett
parte de unas imágenes tomadas por unos expedicionarios en unos Territorios
todavía salvajes. Cuando el fotógrafo reencuentra estos escenarios son ya parte
de unos Estados consolidados, que forman un importante país. Cuando, años más
tarde vuelve, los cambios se han verificado detrás de la óptica, con nuevos
formatos digitales y, el más importante, al fotógrafo, que se ha hecho grande.
Sus complejas imágenes componen una nueva topografía, donde se combina la
percepción política de un paisaje, con una perspectiva profundamente íntima y
geológica.
Camilo José Vergara es sociólogo y orienta su trabajo hacia el estudio de cómo
las influencias medioambientales alteran el comportamiento social. A los años
1970 empezó a adaptar las metodologías sociológicas a un trabajo sistemático
propio. Desde entonces, ha registrado fotográficamente los barrios más
degradados de las grandes ciudades de los Estados Unidos. Año tras año vuelve,
en una transhumància de la mirada. Ha hecho de una forma de trabajar, el
proyecto de una vida y ha transformado la obra en un Archivo, que constituye la
enciclopedia visual del suburbio norteamericano. Los documentos gráficos
creados, organizados y preservados por Vergara dejan ver cómo estos barrios son
erosionados por el tiempo y los factores socioeconómicos. Este importante
material ha cristalizado en varios libros y proyectos audiovisuales. Una parte
del mismo es accesible on line a su página Tracking Time. Las imágenes aparecen
relacionadas entre ellas y con el territorio, en una compleja estructura
interactiva. Vergara se considera un constructor de ciudades virtuales, hechos
de imágenes que revelan la forma y los significados de las comunidades urbanas
desatendidas.
La mirada cultural
Trabajos como los de Klett y Vergara abren el camino para
conocer uno mi nuevo, viejo e inacabado, todo a la vez, habitado por
fotografías y refotografias, objetos visuales dinámicos y absolutamente
reactivos, que generan fuertes conexiones, tanto entre ellos mismos, como con
la mirada de los observadores. El caudal de miradas es tan denso que, a menudo,
es posible conectar varias de estas imágenes obtenidas desde un mismo punto de
vista, en momentos diferentes. Esto es debido a la gran frecuencia con qué
determinados lugares son elogiados con los ojos. Aunque también es el resultado
de una frontalidad cultural, relacionada con la educación visual del
observador. El trabajo de Corinne Vionnet es ejemplar en este sentido, pues
revela esta frontalidad cultural, al superponer numerosas vistas de conocidos
monumentos, extraídas de redes sociales a Internet, y que resultan unas
imágenes cercanas, de nuevo, a la pintura.
El impetuoso recorrido de miradas heredadas, junto con
las meticulosas imágenes compuestas, derivadas de la Fotografía de Repetición
permite distinguir dos tipologías dentro de la Refotografia: las imágenes
(re)-conectadas y las imágenes (re)-visitadas. Estas obras constituyen unos
paisajes obstinados que hacen significando cada una de las miradas que viven.
Pero, además, llenan de contenido cultural una metodología, la mencionada
Repeat Photography, desarrollada, como se ha dicho, al siglo XIX por auxiliar a
la ciencia, y que renace en el siglo XX como herramienta de creación.
Los proyectos visuales donde se utiliza la Refotografia,
sueño absolutamente hererogènis, a pesar de, parten de una premisa
aparentemente tan estricta, como es el hecho de repetir desde el mismo lugar
una imagen fotográfica ya existente. A menudo revelan el que de antiguo
contienen las inquietudes modernas y, anuncian el futuro que duerme a los
sueños del presente. Ponen en valor la poca o mucha invención contenida a los
nuevos trabajos. Porque es precisamente entonces, cuando todo parece igual, que
se manifiesta el que las imágenes tienen de diferente. A veces, fotografías tan
aparentemente similares, realizadas por personas separadas en el tiempo, su
indicios de cambios #suceder detrás la cámara, a los fotógrafos y, sobre todo,
al observador, quien se lo mira todo. El trabajo de Douglas Levere es ejemplar,
en este sentido. Toma como punto de partida Changing New York, el libro que
publicó Berenice Abbott en 1939, sobre la gran metrópoli americana. En 2004
Levere publica New York Changing con la misma cámara y desde exactamente los
mismos puntos de vista. Los encuadres son tan parecidos, que incluso las
sombras coinciden. Esto es debido a que están hechos no sólo a la misma hora,
sino en el mismo momento del año. Hay que recordar que el Sol viaja por el
cielo diariamente de este a oeste, pero también es desplaza de norte a sur con
el paso de las estaciones. Cuando Levere fotografía el mismo paisaje de Abbott
con, idéntica luz, no sólo hay un nuevo fotógrafo ocupando el mismo lugar que
había sido otro antes, sino que, a una escalera sideral, un planeta y su
estrella son también al mismo emplazamiento. Levere acontece un minúsculo -y
paciente- domador de planetas. La refotografia se revela como un gesto cósmico
alimentado por la gesta de vivir.
La Refotografia es, esencialmente, la busca del punto de
vista, un lugar preciso que, no obstante, se desplaza constantemente, impulsado
por una imparable entropía, hacia el futuro. Poco antes, a las mismas
coordenadas ha habido la lente de otra cámara fotográfica. Detrás aquella
óptica estaba el fotógrafo. Encontrar el punto de vista es volver a pisar por
donde antes lo hizo otra persona. Se, por lo tanto un gesto de empatía
intergeneracional, del que la refotografia es el producto subsidiario, el
testigo que alguien también ha sido allí, al mismo lugar desde donde ahora otro
se mira un gesto, un paisaje.
RICARD MARTÍNEZ
Fuentes:
https://www.fotografiacatalunya.cat/ca/bloc/refotografia-imatge-infinita
http://www.psicosocialyemergencias.com/experiencia-de-la-refotografia-entrevista-a-ricard-martinez/
https://www.xatakafoto.com/fotografos/refotografia-captar-el-paso-del-tiempo
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