Marco, claro - LUNACRECIENTE





Un amante italiano no se puede llamar de otra manera. Es alto, guapo, sexy, sí, lo tiene todo. Además cuando le oyes hablar te sorprende que no chille, su tono de voz es suave, dulce y piensas que ahí ya te acabó de seducir, que es perfecto. Pero todo puede mejorar, sobre todo cuando te invita a ir a follar a su casa con varias horas de antelación, porque además te invita a comer y cocina él. Pasta, claro. Que te sabe divina porque mientras cocina te explica la historia de su familia y tú le escuchas embelesada porque estás viendo que de postre ha comprado tiramisú, pero el postre de verdad va a ser otro. Y no te defrauda, tras el tiramisú te invita a acompañarle a la cama y allí se transforma en un amante bandido, inagotable y salvaje. Bendito despertar, recordando a Marco.

Comentarios