Leila Alaoui la fotografa de la gente invisible



La fotógrafa franco marroquí Leila Alaoui era una de esas artistas que se empeñan en retratar a la gente invisible, fue asesinada a principios de 2016, en un atentado del grupo de Al Qaeda en BurkinaFaso. La llamaban la fotografa de la gente invisible.



Alaoui, nacida en Francia y criada en Marruecos, se había convertido en un ejemplo de la mujer árabe "sin ataduras, con presencia en el mundo del arte, una visionaria que trataba temas como la inmigración o los derechos de la mujer".


Hija de un empresario marroquí y de una fotógrafa francesa, Alaoui nació hace 33 años en París y vivió su infancia en Marrakech. Estudió fotografía en la Universidad de Nueva York y su trabajo fue recientemente presentado en la Casa Europea de la Fotografía en París. Vivía entre París, Marrakech y Beirut. Colaboró con el New York Times y la revista Vogue y había expuesto en el Instituto del Mundo Árabe, de París, en Dubai, Sevilla, Buenos Aires, Beirut, Amsterdam…

En España su trabajo saltó a la luz por uno de sus trabajos más festivos: los retratos que le hizo a Neymar, el jugador del FC Barcelona.

Leila Alaoui era una de esas artistas que se empeñan en retratar a la gente invisible, la que nunca aparece en los medios. Luchó para devolver la vida a la sociedad del olvido, a las personas sin hogar, a los emigrantes, con la fotografía como su única arma. Ella fue una “corresponsal de la paz". Hace varios años decidió recorrer Marruecos con una laboratorio fotográfico portátil para llegar a los lugares más recónditos. Logró plasmar la dignidad y el orgullo que emanan de personas olvidadas por los medios, el poder y el resto de la sociedad. De ese viaje, que ella consideraba todavía inacabado, nació uno de sus más célebres trabajos, Les Marocains



 Las fronteras, las razas, las religiones, las diferencias de sexo, fueron siempre el eje de su trabajo. Amnistía Internacional le encargó un reportaje fotográfico centrado en los derechos de las mujeres en Burkina Faso. Se encontraba el viernes 15 de enero en el café Capuccino, de la capital Uagadugú junto a su conductor, Mahamadi Ouédraog, cuando la locura del terrorismo islamista irrumpió en su vida.

En principio, Uagadugú no parecía un destino de alto riesgo, como señaló después Amnistía Internacional. Pero en el momento en que Leila conversaba por teléfono con su madre aparecieron varios terroristas de Al Qaeda en el Magreb (Alqmi), dispararon contra ella y su conductor y continuaron hacia el Hotel Splendid, que se encontraba en frente Era el recinto, supuestamente seguro, donde se daban cita los internacionales y el personal de la ONU. Pero Al Qaeda en el Magreb Islámico reventó sus muros, primero con un coche bomba y luego con un intenso tiroteo y el secuestro de más de cien personas. Murieron treinta personas en el ataque. Entre ellos, Leila Alaoui y su chófer Mahamadi Ouédraog, padre de cuatro hijos.

 Fue trasladada rápidamente al hospital Notre Dame de la Paix de la ciudad, donde falleció tres días más tarde por un ataque al corazón a raíz de sus heridas. Tenía 33 años de edad. También falleció su conductor Mahamadi Ouédraogo, dentro del vehículo donde se encontraba a raíz de los disparos recibidos.

El Estado marroquí se hizo cargo de los gastos del traslado de sus restos a Marruecos, donde fue enterrada. El director de la Casa Europea de la Fotografía (MEP) y el presidente del Instituto del Mundo Árabe hicieron una declaración conjunta alabando su trabajo dando «voz a los sin voz» y diciendo que era «una de los fotógrafas más prometedoras de su generación».

Apenas tenía 33 años, pero su nombre se pronunciaba con reverencia, la fotógrafa más prometedora de su generación, capaz de hundirse en los peores conflictos del mundo para gritarlos y de mezclarse con personajes famosos, de la moda o el deporte, siempre tratando de exprimir su esencia.

Desde Francia, el escritor franco marroquí Tahar Ben Jelloun escribió: “Ni su talento, ni su inteligencia, ni su sensibilidad, ni su belleza la han protegido. Leila Alaoui, una artista apasionada que sabía descubrir lo real detrás de la apariencia, mostrar el esplendor de un cuerpo detrás del velo de los prejuicios (…), ha sido víctima de la brutalidad salvaje en un momento en el que nadie lo esperaba”.

La calidad de su trabajo puede apreciarse en su blog. Para presentar su trabajo, Los marroquíes, escribió: “Los fotógrafos utilizan a menudo Marruecos como marco para fotografiar a los occidentales, para darles una impresión de glamour, mientras relegan a la gente local a una imagen rústica y de folclore, perpetuando así la mirada condescendiente del orientalismo. Yo he tratado de contrarrestar esa mirada adoptando en mis retratos técnicas de estudios análogas a las del fotógrafo Richard Avedon en su serie “In the American West”, que muestran a las personas con gran autonomía y elegancia, y reflejan el orgullo y la dignidad de cada individuo.




Comentarios