En el exilio - Mascha Kaléko




Tuve una patria bonita hace tiempo –
Así cantó ya el refugiado Heine.
La suya estaba a la orilla del Rin,
La mía en la arena de la Marca de Brandenburgo.

Todos nosotros teníamos una (¡ver arriba!).
Se la devoró la peste, se deshizo en la caída.
Oh, rosita del matorral,
A ti te rompió la fuerza através de la alegría.

Los ruiseñores enmudecieron,
Buscaban un domicilio seguro,
Sólo chillan los buitres
En lo alto, sobre filas de tumbas.

Eso no será nunca, lo que fue,
Si es que llega a ser de otra manera.
Aunque la querida campanita suene,
Aunque ninguna espada tintinee.

En ocasiones siento, como si
El corazón se me rompiera.
Tengo a veces nostalgia.
Lo único que no sé, es de qué.

 Mascha Kaléko

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