EL MOMENTO - PEDRO ATIENZA


Y llegado el momento, partirás,
no sé sabe hacia donde,
pero te habrás marchado sin destino,
porque tu voluntad murió
una tarde de otoño que aún recuerdas.


Y te irás de vacío,
dueño tan sólo de ti mismo,
entre la intimidad de los silencios,
que te lamen tal que un hambriento perro de la calle.

No volverás jamás,
y tu huella será tu propia sombra,
y ociosa vagará por estas sierras
como un fantasma lento y desahuciado
que no conoce origen ni final.

Así te irás, reventado y contrito,
y en estas tierras altas dejarás
un dulce nombre de mujer y tu mirada,

que buscará a tus hijos en las entrañas de la nieve,
pero ya te habrás ido
y tú no lo verás.

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