La República se proclamo en Eibar.



Tras la dimisión de Miguel Primo de Rivera, Alfonso XIII convocó elecciones municipales con el objetivo de recuperar la legitimidad democrática que las instituciones monárquicas habían perdido y regresar al régimen constitucional anterior.

Con las elecciones municipales de 12de abril de 1931 el Rey quería sopesar el apoyo a la monarquía, pero los republicanos consideraron los resultados como un plebiscito a favor de la inmediata instauración de la República en España: la corriente republicana había triunfado en 41 capitales de provincia, de las cuales, en Madrid los concejales republicanos triplicaban a los monárquicos y en Barcelona los cuadruplicaban.

La aplastante victoria de los partidos republicanos, forzó la salida del rey y la proclamación de la república. La figura de Alfonso XIII estaba seriamente afectada por la supresión de la normalidad constitucional durante el período de la dictadura de Primo de Rivera entre septiembre de 1923 y enero de 1930. Se identificaba la figura del rey con la Dictadura, y se dudaba que fuera capaz de afrontar los problemas de democratización y reformas sociales pendientes

 Fue Eibar el primer municipio que hizo tal proclamación en todo el estado, el 13 de abril de 1931.

En Eibar la disputa electoral concluyó con el triunfo aplastante de la coalición republicano-socialista. Los socialistas consiguieron 10 concejales (Salió elegido  alcalde Alejandro Tellería,  el segundo teniente alcalde Juan de los Toyos, el cuarto teniente alcalde Martín Erquiaga, Cándido Arrizabalaga, José Lizarzaburu, Félix Arregui, Florentino Bueno, Marcelino Bascaran, Jacinto Galarraga y Miguel Gorrochategui), 8 los republicanos ( el primer teniente alcalde Domingo Cortázar, el tercer teniente alcalde Eulogio Gárate, José María Ojanguren, Mateo Careaga, Gregorio Bustinduy, Florentino Carral, Jacinto Alberdi y Esteban Rementeria) y 1 el PNV (Joaquín Elorza). En el caso de Eibar los monárquicos se abstuvieron de presentar candidaturas propias debido a su escasa presencia, pero votaron a los carlistas y en mayor número a los nacionalistas.

La madrugada del martes 13 de Abril de 1931 Eibar proclama la Segunda República, izando en la balconada de su Ayuntamiento la tricolor republicana adelantándose así a las ciudades y pueblos del resto del Estado que lo harán al día siguiente, 14 de Abril. Ese mismo día 14, también en Eibar, el pueblo se concentrará frente al Ayuntamiento para retirar la placa con el nombre de "Plaza de Alfonso XIII" y colocar la nueva placa de "Plaza de la República".



Eibar pasó a la historia de la República con letras de oro. Socialistas y republicanos, ante la ausencia del PNV, izaron poco después de las siete menos cuarto de la mañana la nueva enseña en el balcón consistorial ante el entusiasmo de los vecinos, pero pronto llegaría la incertidumbre al saberse que Eibar era la excepción y no la norma. A media mañana el conde de Romanones, persona muy cercana al monarca, envió una nota al rey aconsejándole que renunciase a la Corona ante el Consejo de Ministros. En el instante de la proclamación, el socialista Juan de los  Toyos  justificó el momento señalando al gentío congregado en la plaza de Unzaga diciendo que habían recibido órdenes superiores para la constitución del Ayuntamiento. Rápidamente nombraron diputados provinciales a Enrique de Francisco, Julián Echeverría, Ramón Iriondo y Victoriano Telleriarte.

El concejal del ayuntamiento de Eibar (Gipuzkoa) Juan de los Toyos proclama la República 

 Las ciudades de Sahagún (León), y Jaca (Huesca), junto con  Éibar (Guipúzcoa) fueron las tres únicas ciudades que proclamaron la República un día antes de la fecha oficial, el 13 de abril de 1931. El Gobierno de la II República española les concedería posteriormente el título de Ilustrísimas Ciudades

La tarde del  14 de abril, le siguieron las principales capitales españolas, incluyendo Valencia, Barcelona y Madrid, en las que las candidaturas republicanas obtuvieron mayorías muy holgadas.

En todo el país la población estaba en la calle, pero nadie excepto en Eibar había proclamado la República. Poco después del mediodía, en el Ayuntamiento de Barcelona Lluis Companys repitió el gesto de los eibarreses, y media hora después Francesc Maciá proclamaba desde la Diputación barcelonesa la República catalana. A las tres de la tarde se izaba la bandera republicana en el Palacio de Comunicaciones de Madrid. A las cinco de la tarde ya se había proclamado la República en Sevilla, Zaragoza, Donostia, Valencia, etcétera. En Eibar se recuperaba la calma y se tomaba conciencia de que se había entrado en la historia del país como vanguardia del movimiento, por lo que una vez confirmada la noticia desde Donostia se decidieron a habilitar una gran escalera y colocar una placa en la fachada del Ayuntamiento por la que la plaza de Unzaga pasaba a llamarse plaza de la República, mientras la población acompañaba a la Banda Municipal coreando “La Marsellesa”, “La Internacional” y el “Gernikako Arbola”.


Poco después, a las 20.45 horas, Alfonso XIII abandonó el Palacio Real camino de Cartagena, donde embarcó rumbo a Marsella. El día siguiente fue de justificada alegría entre la población de Eibar, aunque surgieron discrepancias al haber acordado el Ayuntamiento la colocación de las banderas de la República, la ikurriña y la de la Agrupación Socialista en el balcón del edificio, pero dada la disparidad de opiniones finalmente sólo se colocó la republicana. A las cuatro y media de la tarde en el cuartel de la Guardia Civil de la calle Bidebarrieta se celebró la jura de la bandera republicana por el cuerpo armado. La bandera fue regalada a la Benemérita por el Ayuntamiento, y el acto fue presenciado por numerosos eibarreses. En la plazoleta del cuartel formaron los guardias y el teniente Adolfo Muñoz pronunció un breve discurso ensalzando la República. Continuando con la fiesta la Banda Municipal ofreció un concierto en la plaza de la República hasta última hora de la noche.


El veintinueve de abril de 1931 el Gobierno provisional de la República aprobó el siguiente Decreto:

“En el movimiento revolucionario nacional, reivindicador de la dignidad, del derecho y de la democracia, que tan venturosamente ha culminado en la proclamación de la República por terminante sufragio popular, rivalizaron en entusiasmo, sacrificio y disciplina la inmensa mayoría de ciudades y pueblos de España. Pero es justo recordar que, entre todas las poblaciones, hubo dos que destacaron gloriosamente su actuación. Una de ellas, Jaca: su pueblo y ejército, unidos en un sentimiento patriótico de singular nobleza, con su epopeya del 12 de diciembre, hirieron de muerte al poder tiránico de la Monarquía y conmovieron la conciencia nacional en su entraña, al señalarle con recia incitación la trayectoria ineludible de la ciudadanía, abriendo así decisivamente la vía a la República, cuya gestación quedó sellada con sangre de mártires. La otra ciudad, Eibar: que, después del fallo político emitido en el sufragio popular del 12 de abril, fue la primera en ejecutarlo y en proclamar la República, arrostrando con suma gallardía los riesgos de esta iniciativa, con lo cual dio el espectáculo de la más despierta y valiente civilidad.

Es homenaje de justicia y tributo de reconocimiento dar una consagración oficial a estos hechos gloriosos, por lo cual el Gobierno de la República decreta:
Artículo único. Se concede como especial y máxima distinción a Jaca y Eibar el título de “Muy Ejemplar Ciudad”.
Dado en Madrid, a veintinueve de abril de mil novecientos treinta y uno.


El Presidente del Gobierno provisional de la República.
Niceto Alcalá-Zamora y Torres
Unamuno, Prieto, Queipo de Llano y el alcalde Alejandro Tellería (Alkate Txikixa) el día de la entrega a Eibar del galardón de Ciudad muy Ejemplar

El 3 de mayo de 1931 se personaron en Eibar para el acto de entrega oficial del Decreto de concesión a Eibar del título de ciudad los ministros de Hacienda, Indalecio Prieto, el de Instrucción Pública, Marcelino Domingo; el capitán general de la primera región militar, Queipo de Llano y el presidente del Consejo de Instrucción Pública, Miguel de Unamuno.


El filósofo Miguel de Unamuno cerró el acto con unas breves palabras:

“Eibarreses: Pocas palabras. España viene de labio. Ya tenemos, eibarreses, la República en España. ¿Qué quiere decir República?. Quiere decir cosa de todos. En estos momentos quiere decir viva Vasconia, esto es, que volvemos a vivir en nuestro dulce nido. Quiere decir la independencia de Vasconia dentro de España, y la independencia de España dentro de Europa. ¡Viva España que fluye al labio, y que extiende sobre el mar de todos los hombres!. Nada más eibarreses, hasta que nos volvamos a ver” 





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