Pablo Picasso y “La Tauromaquia”



La relación de Picasso con el mundo del toro se remonta a su infancia, cuando solía acompañar a su padre a las corridas que tenían lugar en la plaza de Málaga. La fascinación por los toros y el toreo se convierte en un tema recurrente en la obra de Picasso, abordando en el ritual tauroino conceptos duales como amor-erotismo, violencia-pureza, verdugo-víctima o luz-sombra, entre otros.

Las corridas de toros,  eran inevitablemente abocadas a relacionarse con el Minotauro y el sacrificio de la víctimas o la lucha de Teseo. Este tema le permitía expresar la fascinación que le producía la tauromaquia: ese sentimiento trágico, violento, la lucha por la supervivencia, en un combate tan atractivo plásticamente. Existe una reflexión en la obra de Picasso sobre la violencia y la crueldad. El toro o Minotauro y sus combates ilustrarán estos conceptos.


 
Varios han sido los contactos artisticos entre Picasso y el mundo taurino.





 

 

1935 Picasso realiza la "Minotauromaquia", aguafuerte, sobre cobre. Esta obra es considerada la cumbre de su obra en torno al minotauro, tratada tanto en dibujos como en grabados. Y recogerá gran parte de los motivos que inspirarán su gran obra de 1937: El Guernica

 

La Minotauromaquia se nos presenta como síntesis final de toda una serie de obras. Es un grabado que condensa todo el universo que Picasso ha desarrollado hasta entonces, complicando el significado de cada elemento hasta crear una composición casi críptica.

El personaje mitad toro mitad humano que ya viene apareciendo desde el año 1928, va sufriendo los avatares de la vida privada del propio Picasso, de manera que el Minotauro irá perdiendo parte de su carácter mítico para adquirir otro más humano. Deja de ser bestia mítica para convertirse en hombre e ilustrar la lucha existencial, con su dolor y su violencia. Picasso y su alter ego son a la vez víctimas y verdugos. Si con el arlequín compartió su fragilidad, su libertad y su marginalidad, parece que con el Minotauro compartió la fatalidad de su existencia






Picasso se identificaba con el Toro o el Minotauro, su alter ego, parte de sus trabajos dan muestras de ello. Desde 1928 va apareciendo este hibrido en su obra, bestial a veces, para ir humanizándose según los avatares que atraviesa su vida hasta llegar a la cumbre de esta identificación en 1937 con El Guernica





"Se ha hablado mucho acerca del trasunto íntimo del «Guernica»: del modo en que refleja los dilemas sentimentales del pintor en los meses previos al encargo de una obra que, a pesar de ello, pretende encarnar el rechazo universal contra la barbarie del totalitarismo. Tal vez sea el toro la clave de dicho entrecruzamiento entre lo biográfico y lo general. Frecuentemente identificado con el mismo Picasso, el toro se para y nos mira fijamente mientras el resto de los personajes se agitan desbordados por la sinrazón de la violencia extrema a la que se ven sometidos.. Al introducir su autorretrato en el cuadro, el pintor nos interpela desde su posición ambivalente de hombre y de toro, nos hace testigos de cargo, apelando no solo a nuestra humanidad culpable, sino a un sustrato previo, animal, más profundo, el único lugar desde el que se puede responder a las dimensiones de la tragedia."
( Manuel Borja-Villel, director del MuseoReina Sofía)

 

En 1926, Gustau Gilii Roig le propuso a  Pablo Picasso realizar las ilustraciones para uno de sus nuevos libros de la colección de Ediciones de la Cometa. El artista accedió a ilustrar el libro sobre la “La Tauromaquia o Arte detorear”, publicado en 1796 en Cádiz por José Delgado,” Pepe-Hillo”.Lamentablemente  este proyecto quedo paralizado en 1930.

 
En 1956 Gustau Gilii Esteve retomó las conversaciones con Picasso para finalizar el proyecto iniciado por su padre Gustau Gili i Roig. 

 

El trabajo consistio en  26 aguatintas al azúcar, inspirándose muy probablemente en los grabados sobre el toreo realizados por Goya, por quien Picasso sentía una verdadera admiración

Cada una de las aguatintas que van marcando la sucesión de descripciones de la tauromaquia, desde la imagen en la que los toros yacen en el prado hasta la cogida del torero en la plaza de toros, el artista saca tensión al espectáculo mediante la estilización de las figuras de toros, picadores y toreros, con un movimiento dinámico de extrema sutileza, y su mano rápida y nerviosa da testimonio de la acción en la plaza.




Esta edición bibliófila aparecio en 1959. Se imprimieron 263 ejemplares, con las 26 correspondientes aguatintas .

 

Pablo Picasso diseñó un “traje de luces” para la que sería última reaparición de su amigo Luis Miguel Dominguín,. Aquel terno cumplió todos los objetivos para los que fue concebido: no sólo llamó la atención sino que escandalizó a los aficionados que era un ejercicio de los que más gustaba practicar a Luis Miguel, dio mucha popularidad a la reaparición del maestro y permitió que sus veteranas facultades no cargasen con el peso de un vestido tradicional.





Sebastián Castella
Como homenage del mundo taurino al genial artista, actualemnte se celebra una corrida en Málaga denominada Picassiana; donde los toreros se lucen con trajes de estilo y visión del color con inspiración del pintor universal

 


Javier Conde

Fuentes:
 

Comentarios