"Decid ahora: "La retama florece, por todo el campo hay rojo de amapolas. Con la nueva hoz empecemos a segar el trigo maduro y, con él, las malas hierbas". Ah, jóvenes labios que se han abierto después de la oscuridad, ¡si supierais cuán tarde ha llegado el alba, cuán larga es la espera de un alzamiento de luz en la tiniebla! Mas hemos vivido para salvaros las palabras, para devolveros el nombre de cada cosa, para que siguieseis el recto camino de acceso al pleno dominio de la tierra. Miramos en la lejanía el desierto, descendíamos al fondo de nuestro sueño. Secas cisternas se convierten en cumbres ascendidas por escalones de lentas horas. Decid ahora: "Nosotros escuchamos las voces del viento por el alto mar de espigas". Decid ahora: "Nos mantendremos por siempre fieles al servicio de este pueblo"
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