No quiero dejar el mar,
ni quiero dejar la playa,
ni dejar de ver su azul,
ni de escuchar su sonido.
No quiero quedar varado
como un barco en dique seco
pues mis velas sin su viento
se quedarían sin latido.
Yo necesito horizontes
en que se pierda mi vista
y sentir las fuertes olas
su vaivén y su rugido.
He de andar yo por su orilla
en busca de sus tesoros,
dejar que lama mis huellas
y que humedezca mis poros.
Su arena aleja mi pena,
de su brisa hago mi risa,
de su viento mi alimento,
pues mi quiero es marinero,
Es de la luna el espejo
y quiero estar junto al mar
hasta que muera de viejo.
Javier Suárez Márquez
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