Palabras amigas - Mª DOLORS RENAU -

Un amigo,  Santi Guillen, impulsor de Gente Creativa –un grupo que estudia como las actividades creativas ayudan a conformar ciudadanía activa–, ha lanzado ante mí una frase que reproduzco: “No se puede entender que Donald Trump
gane, si no se tiene en cuenta el papel que juega el miedo. Los americanos tienen miedo.” Y he aquí, que de una manera tan gráfica como esta queda sintetizada una
reflexión que algunos han y hemos profundizado en varios ámbitos y trabajos sobre el papel primordial de las emociones a la vida política. Hasta hace poco se ha vivido en la creencia que aquello que rige las decisiones políticas es algo de razonable, medido y objetivo; sobre todo si se nos ofrece muy acompañado de muchas cifras destinadas a no errar nuestro escaso conocimiento de la realidad y, por lo tanto, a callarnos. La vida emocional parece reservada para el ámbito del íntimo, el privado. Cada vez más, pero, vamos redescubriendo que los sentimientos y las emociones personales, a menudo identificados con las colectivas, no solamente impulsan movimientos sociales sino que llegan a determinar la vía política, el destino de millones de personas.
Personas, grupos humanos y decisiones políticas movidas por las emociones. Sí. ¿Qué? ¿Cómo actúan? Sin poner nombre, sin otorgarlos el papel que juegan no se pueden explicar ni los grandes desastres ni las grandes proezas ni adelantos de la humanidad. Sería bueno poner nombres y hacer una buena lista de cuáles son estas emociones. Y colocarlas en el lugar exacto donde solemos situar las interpretaciones racionales. Y ver si nos aproximamos mejor a la complejidad de los movimientos y respuestas políticas.

Y he aquí una segunda sugerencia que nace como respuesta a la difícil y angustiosa pregunta sobre el que nos está pasando. Cuál es el origen del malestar actual bien manifiesto en tantos ámbitos de la vida personal y colectiva. Otra voz sabia y amiga, la de Victoria Camps, nos ofrece reflexiones poco habituales sobre la vida colectiva y sobre las actitudes deseables para afrontar nuestros malestares generalizados. Su libro Elogio de la duda abre perspectivas nuevas sobre las cuestiones de siempre conjugadas en nuestro presente. Y lo hace a pesar de que en esta época de respuestas rápidas y sencillas el dudar, poner en cuestión, plantear preguntas y relativitzar no resultan “ sexis”. En todos caso, plantea visiones muy útiles para mejorar la convivencia humana: huir de los dogmas, de los etiquetados, de las ideas monolíticas. Propuestas que se fundamentan en grandes pensadores, algunos de clásicos y otros más modernos que han reflexionado sobre los eternos conflictos que los humanos encaramos en cuanto que individuos libres y a la vez en cuanto que sers sociales y sobre los cuales Freud escribio de forma extensa  en su clásico: Malestar de la Cultura.
Las palabras amigas nos dicen que si comprendemos mejor el que pasa, posiblemente actuaremos y viviremos mejor.

Mª Dolors Renau
PSICÒLOGA I EXPRESIDENTA DE LA INTERNACIONAL SOCIALISTA DE DONES


fuentes
El Punt AVUI



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