Podemos no puede - Joan López









Estudiantes que estudiáis en el libro del Zorondo. ¿Por qué caga el mulo cuadrao teniendo el culo reondo?

Aunque no lo parezca, esta pregunta no tiene tanto que ver con la veterinaria como con la veteranía. Es una pregunta que en una ocasión escuché, años ha, cómo se la formulaba un veterano carretillero a un joven y boquiabierto trabajador novato en una fábrica, que no acababa de entender a qué venía aquello. Aquel chico debía ser una de esas nuevas incorporaciones que de tanto en tanto se producían de jóvenes bachilleres o recién salidos de la Universidad, que se las daban de algo importante nada más comenzar a trabajar por tener estudios. Así, los más osados se permitían decirle al resto de trabajadores, que tenían ya más mili que Cascorro, lo que tenían que hacer; lo mismo si eran cuestiones técnicas o de índole sindical. Esa es la actitud más propicia para recibir semejante colleja capaz de enviarle a uno volando al otro lado de la estancia y sin saber cómo, encontrarse cargando hierros a destajo hasta que se le pelasen las manos y se le descolgaran los brazos.

Ciertamente, por mucha razón que pudiese tener el chaval en algunas o muchas de sus propuestas e iniciativas, si no era muy inteligente, cosa perfectamente compatible con carreras e incluso doctorados, y por lo tanto no captaba a tiempo el hecho de que en realidad, con esa pregunta tonta, se estaban burlando de él para bajarle unos humos que debía bajar a la voz de ya, lo más probable es que lo tuviesen barriendo suelos durante una buena temporada. Es lo que se llama ponerlo en su sitio.
Si hay algo que desprecia un trabajador, es la arrogancia de los que creen saber más que nadie, de los que aseguran ser más sinceros, honestos y mejores que nadie, de los que se atreven a miran por encima del hombro al personal, de los que te miran y sonríen con insolencia, y de los que al llevar dos días en la casa ya dicen abridme paso que soy ingeniero. Se arrogan unos derechos y una credibilidad que sólo los galones de la veteranía te puede otorgar, y sólo la humildad te puede dispensar. De lo contrario, la respuesta más frecuente que van a encontrar es aquella de qué me vas a decir tú, si yo tengo los huevos pelaos de trabajar aquí.

Si hay algo que quizás no sean capaces de comprender los chicos y chicas que forman la dirección de Podemos, es precisamente cómo empiezan a ser percibidos por el pueblo. Ellos, que tanto defienden a las clases populares, no entienden cómo somos ni cómo pensamos los que pertenecemos a esas clases. Ellos te dicen que son el pueblo, que son como tú y como yo, y por eso cambian trajes y corbatas por coletas, zapatos de tacón por pañuelos palestinos… pero sus endebles cuerpos y sus manos libres de callos les delatan.

Los chavales de Podemos han entrado en el Parlamento con gestos tan pequeñoburgueses como la publicación de twits donde se admiran del precio de los menús de la cafetería, sobreactuando con bebés sin niñera, exigiendo cargos y sillas antes de sentar las bases del programa, poniendo las condiciones de las negociaciones, trazando líneas rojas y sentándose con las manos apoyadas en la cabeza y los pies sobre la mesa. No es eso lo que se espera de ellos.

Ellos parecen ignorar, o tal vez sí sea algo que entre en sus cálculos, el hecho de que todas las fuerzas las tienen en contra, incluso las que no imaginan. Es por eso por lo que aquel partido que pretendía arrojar al PSOE a la basura de la historia, atribuyéndose ser ellos el partido de la gente, parece ser que va perdiendo fuelle según las últimas encuestas.

La pregunta es ¿Puede este grupo de dirigentes compuesto en su mayoría por jóvenes con carreras, doctorados, profesores universitarios… representar a ese pueblo formado mayoritariamente por esos trabajadores que se levantan a las 6 de la mañana cuando tienen la suerte de estar trabajando?

Sí, aquellos que tienen contratos temporales, que no llegan a fin de mes, que trabajan a horas intempestivas y que en bodas y eventos familiares siempre encuentran una prima Inés, o un cuñado Carlos, que presumiendo de un máster, dice que vota a Podemos y miran a los que no lo hacemos como si fuésemos unos ignorantes y no estuviésemos a su altura. –Mira a Monedero, les dicen, cómo habla citando a filósofos, economistas… ¡Es un visionario!

Sí, pero a ellos, ése tal Monedero les debe parecer un tal “Marisabidillas”, aunque se lo callen para tener la fiesta en paz, porque piensan que al final, todo se tiene que demostrar, y no es lo mismo predicar que dar trigo

Se dice que Pablo Iglesias TurriónMonedero o Errejón quieren ocupar el espacio político del PSOE. Por un lado, es un hecho científico que cuando una especie ocupa un nicho ecológico, es necesario una extinción completa de la misma para que pueda ocuparlo otra especie distinta. Por el otro, se les nota la intención, y eso será lo que a los de Podemos les está haciendo perder terreno. Los dirigentes de Podemos ni son ni se parecen a aquellos humildes obreros, tipógrafos en su mayoría, y no por ello menos cultos, que encabezados por Pablo Iglesias Posse fundaron el actual PSOE, y poco más tarde el sindicato UGT.

Ciertamente tienen en su programa buenas propuestas progresistas, con las cuales el PSOE podría pactar un gobierno basado en un programa de izquierdas que mire por los intereses de la clase trabajadora y no de los mercados, algo que públicamente, y como trabajador, le ruego encarecidamente tanto a la dirección de mi partido como a la de Podemos que traten de llevar a cabo. Están obligados a entenderse y a tender puentes, los cuales han de partir desde las dos orillas por el bien de nuestra clase social. Que España es un estado plurinacional es indiscutible, y hay que buscar respuestas a aquellos que buscan el reconocimiento a su identidad nacional. Una consulta no ha de confundirse con la ruptura con el estado, eso es una falacia, se trata simplemente de defender una consulta que además de ser un acto democrático, ayudaría a poner a los nacionalistas en las negociaciones. Tampoco ha de ser una línea roja para que Podemos no acepte aparcarla para tratar temas más urgentes. Luego, todos sabemos lo que representa Ciudadanos y su ideología Nacional-liberal. No voy a extenderme en eso.


La realidad es que Podemos parte de movimientos sociales que si bien jugaron su papel, muy necesario por otra parte, no fueron capaces de generar una estructura permanente entre la clase trabajadora capaz de ir arraigando. Tienen pocas oportunidades, pero las tienen, de llegar a algo sólido, y lo saben. Ayudar a concretar y realizar ese pacto de izquierdas es una de ellas. Si lo que aspiran es al sorpaso al precio que sea, no lo darán, y su futuro será mucho más incierto. Podemos no puede dar el Sorpaso, no así.

Un dato que ilustra bien las intenciones de Podemos es cómo se permiten atribuirse el supuesto voto de el auténtico Pablo Iglesias, “el Abuelo”, dado que según un vídeo que difundieron en plena campaña electoral, si viviera hoy en día, votaría a Podemos.

Realmente, si “el Abuelo” viviera, por supuesto que captaría hasta qué punto los mercados han atrapado las políticas de los partidos de izquierdas, de todos los partidos, y trataría de darle la vuelta a esta situación. Pero con más pedagogía que demagogia, por supuesto. Analizando, comprendiendo y dejando claro su posicionamiento socialista y de izquierdas, algo de entrada ya lo diferenciaría con los de Podemos. También, al contrario que los dirigentes de Podemos y, por qué no decirlo, que la actual dirección del PSOE, lo haría sin confiar excesivamente en el parlamentarismo como medio capaz de realizar transformaciones de gran calado, tratando más bien de movilizar a las masas en las calles en defensa de medidas de izquierdas. Algo que tampoco Podemos es ya capaz de realizar con éxito.

En cuanto a los de Podemos, supongo que “el Abuelo” fundador del PSOE haría lo mismo que hacía, por ejemplo, quien fue mi abuelo materno, que es ni más ni menos que el carretillero del que hablaba anteriormente, socialista sin carnet pero con cicatrices de heridas de guerra tanto en el cuerpo como en el alma, y que jamás permitió que nadie le mirase con desprecio por encima del hombro. Quizás barrer los locales de la UGT de Madrid sería para Pablo Iglesias una buena lección de humildad, y si se lo tomase de forma positiva, podría incluso verlo como una oportunidad de empaparse de gestión y acción sindical.


Otro ejemplo lo tenemos en Ada Colau. Todos hemos visto el magnífico papel que jugó contra los desahucios enfrentándose a la banca megáfono en mano. No estuvo sola, muchos trabajadores, algunos de ellos militantes de partidos a los que por aquel entonces ella despreciaba -y me pregunto si también nos seguirá despreciando- también participábamos en aquellas luchas, recogíamos firmas… pues sufríamos los mismos problemas que esas plataformas pretendían solucionar. También es cierto que lejos de los órganos de poder, es más fácil establecer esa división maniquea entre buenos y malos, entra la banca y el pueblo, y situar al resto de fuerzas políticas en una orilla o en la contraria. A la mayoría en la contraria. Veamos ahora cómo se desenvuelve desde la alcaldía ante las reivindicaciones de los trabajadores del metro.

Compañeros de Podemos, dejad de buscar la respuesta en el libro del Zorondo. No hagáis más cálculos. La respuesta está en que aunque los libros no lo traten y la ciencia no lo explica, tiene el mulo dentro un cantero que los pica.

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